Para el bizcocho de té matcha:
- 120 gr de azúcar + una cucharadita.
- 4 huevos.
- 120 gr de harina.
- 25 gramos de mantequilla fundida.
- 1 cucharadita de té matcha en polvo.
- 250 gr. de mascarpone
- 50 gr. de azúcar glasé.
- una pizca de vainilla en polvo o ½ cucharadita de esencia de vainilla.
- 250 gr. de frambuesas.
- 200 gr de agua+80 gr de azúcar (para elaborar un sirope)
Para la crema de
mascarpone: disponemos el mascarpone en un bowl junto con el azúcar
glasé y la vainilla en polvo o esencia natural de vainilla, batimos y
reservamos en el frigorífico hasta el momento de proceder al relleno.
Para el sirope: tan sólo debemos poner en un cazo el agua con el azúcar y llevar a ebullición durante unos 5 minutos, a fuego fuerte. Reservamos.
Para hacer la base de este enrollado: separamos las claras de las yemas. Batimos las claras a punto de nieve junto a una cucharadita de azúcar, que añadiremos a las claras cuando éstas empiecen a montar. Reservamos.
Disponemos las yemas en un bowl con el azúcar y batimos manualmente hasta que adquieran textura blanquinosa momento
en el que añadiremos la harina. Una vez estén todos los ingredientes
integrados, agregamos las claras montadas ayudándonos de una espátula de
goma, con movimientos suaves y envolventes. Finalmente incorporamos el té matcha y la mantequilla fundida.
Precalentamos
el horno a 210º, forramos la bandeja de horno con papel sulfurizado,
echamos la mezcla sobre la misma intentando darle la forma de un
rectángulo. Introducimos en el horno durante 8 minutos.
Transcurrido el tiempo indicado, retiramos del horno y disponemos sobre la mesa de trabajo (junto con el papel sulfurizado), y cubrimos con un trapo húmedo durante 10 minutos.
Retiramos el trapo, damos la vuelta a la base, retiramos el papel y
cortamos los bordes dando la forma de un rectángulo. Pintamos con el
sirope y a continuación extendemos una capa de la crema mascarpone y en
uno de los extremos disponemos las frambuesas que previamente habremos
troceado y empezamos a enrollar la base con cuidado.
Envolvemos
el rollo con papel de film transparente y lo guardamos en el
frigorífico un par de horas o hasta el momento de servir.
Cuando vayamos a consumirlo, quitamos el film y espolvoreamos con azúcar glasé avainillada, cortamos con un cuchillo muy afilado en rodazas de 1,5 cm de grosor.
Qué aproveche!!
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