Ingredientes:
- 1 calabacín
- Media morcilla de Burgos
- 4 champiñones grandes
- 300 ml de leche
- 20 gr de mantequilla
- 20 gr de harina
- 40 gr de queso gorgonzola
Lavamos y cortamos con ayuda de un pelador o un cuchillo muy afilado láminas finas a lo largo del calabacín.
Escaldamos esas tiras en agua hirviendo durante un par de minutos y secamos con papel absorbente. Reservamos.
Picamos fino, los champiñones y la morcilla (quitando la piel de ésta última). En una sartén con un hilo de aceite de oliva sofreimos los champiñones y por último la morcilla. Salpimentamos y añadimos un par de cucharadas soperas de leche, para homogeneizar la mezcla y que quede compacta.
Preparamos la bechamel, fundimos en un cazo la mantequilla y añadimos la harina. Mezclamos dejando que se cocine la harina pero sin que la mezcla tome color. Añadimos la leche sin dejar de remover, y cuando empiece a espesar añadimos la sal y el roquefort, ayudándonos de una varilla hasta que se funda.
Reservamos.
Extendemos las láminas de calabacín y colocamos encima una cantidad de la mezcla y lo enrollamos, asegurándolo con una pequeña brocheta. Bañamos con la bechamel y un poquito de cebollino picado.
Qué aproveche!!!